Y como la Muerte es aquel remedio que los cantores, sueñan, cantan, rememoran, profetizan como en el Himno Hebreo, o el Libro Budista de las respuestas ― y mi propia imaginación de una hoja marchita en la madrugada ―
Allen Ginsberg
KADDISH
A pesar de solo constituir instancias de ella, cualquier obra siempre estará íntimamente ligada a la experiencia vital de quien la crea; incluso, sería dable sentenciar: sean cuales sean los ámbitos donde resplandezca y sus destellos se proyecten, su creación es en sí misma la vida del artista. Aunque el acontecimiento artístico ocurra así, comprender y aprehender sus verdaderos alcances e impactos societales, requiere implicarse en un despojo: distanciarse de circunstancias biográficas y anécdotas inherentes a todo creador. El anecdotario, suerte de claroscuro en torno a la obra, de talante singular, superpuesto a la creatura, si viene envuelta por la tragedia, tiende un velo, empaña, cuando no dificulta, su certera comprensión. Tentación irresistible o fascinación, este “desliz” no deja de ser cometido por ciertos “analistas” cuando sus reflexiones, referidas a las características e implicaciones de la obra, al estar simplemente ancladas a la biografía del creador, acuerpan y estacionan en ellas lo trágico anecdótico.
La muerte temprana de Tyrone José González Orama (19 de enero de 2015), da pie a lo dicho anteriormente. Ocurrida en infaustas circunstancias, cuyo móvil, no clarificado con suficiencia, aún es sujeto de especulaciones, a la par de truncar la creatividad del enfant terrible del rap en Venezuela da inicio a la leyenda de Canserbero, seudónimo adoptado por este artista en clara alusión a la Divina Comedia de Dante Alighieri, il Sommo poeta, y a los arquetipos jungnianos de personalidad contenidos en dicha obra. Conocido también por los sobrenombres de El Campesino, y El Chamo González, además de legarnos toneladas de rimas en caída libre[i] , versos y frases memorables… terribles, ni siquiera el diez por ciento de la parranda e’ textos que yacen en su cuaderno / Hambrientos de calle[ii] … Y que la policía halló en su casa guardados / millones de cuadernos con letras que no ha grabado[iii] , su asesinato, al validar una vez más la profecía de Rimbaud: ¡He aquí el tiempo de los asesinos! [iv] , permite establecer una estrecha liaison de su obra (su vida misma) con la del poeta galo y las de Charles Baudelaire, Isidore Ducasse, mejor conocido por el alias de Conde de Lautremont, y más cercanos a él y a las noveles generaciones actuales con las de Jim Morrison (The Doors), Tupac Shakur (rapero conocido también como 2Pac o Makaveli, símbolo de resistencia y activismo contra la desigualdad, y Kurt Kobain (Nirvana), entre otros, e inscribirla, sin exageración alguna, tanto la publicada en vida como la aún inédita, en la contradictoria, errónea tradición de la nomenclatura instaurada por Paul Verlaine en su ensayo Los poetas malditos y continuada por aquellos analistas, ensayistas cuyas prosas y reflexiones a todas luces despiden cierto tufo religiosero: Llamar “malditos” a quienes, además de generalmente llevar una vida teñida por la precariedad, si no hubiera sido por merced de lo excepcional y original de su genio y las obras artísticas por ellos producidas, de no tan fácil comprensión para el común, distantes de habituales modas y usos, nunca hubieran alcanzado notoriedad y menos logrado escapar de una vida anodina: Si me maldicen no me afecta porque estoy maldito[v]. La obra de este poeta venezolano, activista social, en vida prestado a la cultura Hip Hop (MCing/rapear, DJ/scracthing o pinchar (con tocadiscos), break dance y pintura de murales o grafittis), nacida a finales de los años de la década de 1960 en los barrios neoyorquinos del Bronx y Harlem: Yo no soy rapero, sino que sé rimar y soy sincero, pero[vi] , además de superar las dimensiones, ámbitos y límites, propios de cualquier “batalla” o “tiradera” de Rap, ahora es cuando comienza a tomar posesión de su propio y merecido espacio. Su lírica, a pesar de la “crudeza” o posible escatología de las reflexiones sinceras contenidas en sus barras/versos, matizada de rasgos emparentados fuertemente con narraciones y guiones característicos de la novela y el cine negros, adquiere ribetes épicos y satíricos semejantes a los creados por Horacio u Homero en sus poemas, y más temprano que tarde deberá considerarse, analizarse e incluirse junto a la de los grandes poetas universales de cualquier época, aun en contra del tiempo y de aquellos cuyo afán y egoísmo no cesa de minimizarla o despreciarla y de quienes burdamente intentan “apropiarse” de la frescura y autenticidad de este movimiento, incluidas las corporaciones de la industria del entretenimiento y el espectáculo (mainstream). Quién mejor, sino el propio Canserbero para ratificarlo… Actualmente hay gente que quiere firmarme /hacer mi música bailable, tratarme como a un muñeco inflable / Yo les respondo que prefiero comer un cable / que no modificaré jamás lo que mi alma les hable / Así me tarde la mitad de mi vida y no la disfrute /Yo haré esto pa' que esta música consiga el respeto del planeta completo /Porque ahora es tiempo de implantar a punta de versos /La real expresión del ghetto[vii]. Ese fue su leit motiv, su principio energético vital: su lucha por tomar el ghetto y desde allí, desde la más sentida profundidad de cada recoveco de su barrio, cualquier barrio, hacer de cada verso su universo local hasta convertirlo en universal. Sin merma alguna, el alcance e impacto de la lírica canserberiana en las generaciones actuales y emergentes, no solo de habla hispana, sedientas de sinceridad y de verdades desnudas, aun sin ser descubierta por las grandes mayorías, ya alcanza dimensiones globales.
Aunque desde siempre han pretendido ahogarlo y desaparecerlo de la faz de la Tierra, el espíritu de la poesía nunca muere, pudiera “ausentarse”, permanecer sumergido durante alguna temporada, mas siempre reaparece ataviado con nuevos ropajes estéticos acordes a la época de resurgimiento, adaptándose a los usos, incluidos los desusos modos de sentir establecidos en la época escogida para su emergencia, aunque siempre conservando intacta su esencia: proporcionar la materia prima, poesía en estado bruto para lograr su mejor posibilidad: concretarse, ser transportada a un ensamble de bienes de la voz y las palabras desde el que surgirá el único subversivo auténtica y eternamente irreductible: el poema, aun si su despliegue ocurriese al cuajar y fraguarse en la expresión más tierna, frágil, de una barra rapera. El poeta, representación viviente de esa subversión al ejercer la más peligrosa de las ocupaciones[viii], será quien a contracorriente correrá cualquier suerte de riesgos al asumir su praxis poética y desplegar en toda su intensidad el poder transformador de la palabra. Si algo tenía claro Canserbero, era estar en plena conciencia de ese reto… Some people happy cuando agarro el lápiz mi praxis es pura no admite dudas / se viste desnuda se sirve cruda[ix]. Otros, no aptos ni dispuestos a tal sacrificio, tras “sucumbir” ante las adversidades, presiones (sobre todo crematísticas) del sistema de dominación impuesto, acuden al expediente de traicionar el espíritu poético mismo para terminar “vendiendo” su alma al diablo; contrariamente, muy pocos, fieles a sus principios y a los del poema, algunas veces pagarán incluso con su propia existencia con tal que la poesía, transformada en poema, permanezca. Canserbero, más allá de la fama y del mainstream, mantendrá su fidelidad concediendo su propia vida en aras de la permanencia de su lirismo. Reiterativo lo reafirma en el Epilogo de Vida: Competiré hasta que me muera, pelearé por esto hasta que me muera /Así que dispáreme, o sálvese quien pueda[x].
Adversidad, resaltante a más no poder en la opacidad de nuestra época, claramente marcada por las muescas de la decadencia espiritual de la Humanidad Postmoderna (según las escrituras hindúes, tal como lo describe el Mahabharata, vivimos la era más oscura, el Kaliyuga, la cuarta y peor etapa del ciclo de Yuga: Predominio de pecados capitales como la avaricia o la ira; postergación de los valores positivos, caso de la honestidad o la tolerancia; aumento de las adicciones; abundancia de políticos que constituyen un peligro para el mundo; sometimiento de los pobres frente a los poderosos; difusión de epidemias; extensión de ideologías dañinas; degradación del clima; actitud irrespetuosa de los estudiantes hacia sus maestros; incremento de terremotos…[xi]); signada además por la primacía, sobreimposición de la evolución tecnológica y de todo artilugio o artificio en desmedro de lo espiritual y natural. Pero qué más da si el racismo sigue intacto/ Y no hay tecnología que alivie el hambre y el dolor de tantos[xii]. Dados la supremacía de la tecnología comunicacional y el imperio del lenguaje audiovisual, vivimos condenados a ser meros consumidores de imágenes digitales, virtuales. Hoy día, cuando muy pocas personas dedican parte de su tiempo a la lectura, la poesía se convierte en hecho inusual: práctica clandestina, su escritura y su lectura rituales subversivos, desobedientes, siendo los poetas, avis rara escapados de otras épocas históricas, quienes siempre acuden al rescate de su iconoclastia. En la actual actualidad, una pseudo creación poética se desarrolla en modernos cenáculos premiados y autorizados por los tentáculos del poder, metamorfoseados de “cultura oficial”; intento fútil de capturar la verdadera y apropiársela encapsulándola, no obstante, la audiencia deseada por un genuino poeta siempre estará ajena a esos ámbitos. Los creadores de conciencia no deberían permanecer ni asistir a esos salones sordos y mudos: En lo atinente al Chamo González su poesía debe recibirse recitada, no en criptas, sino escuchada en las calles y plazas de nuestros espíritus, de frente al sol o bajo las estrellas, en una inmensa e infinita batalla y no en recintos cerrados en los que acartonados asistentes destilan falsedad… Somos de los pocos que aún son poetas / sacar música real de las tumbas es nuestra meta… Este es mi grano de arena, únetenos/ Esta es mi gota de agua, únetenos / Porque, solos, no podemos hacer médanos / porque, solo, yo no puedo hacer océanos… Llevamos verdad en la voz[xiii].
A pesar de la Humanidad existir hoy día bajo las adversas circunstancias de un Mundo de piedra[xiv], nada propicias para florecer en él, el espíritu poético siempre sobrevive, por más debilitado o exangüe, siempre halla donde refugiarse y fructificar. Será en las manifestaciones culturales caracterizadas por la resistencia donde, ante el avasallamiento actual del consumismo audiovisual embrutecedor, siempre hallará refugio... Continuando con las informaciones / El país se hunde en la mierda / mientras las autoridades no hacen nada al respecto / y la sociedad se pierde en una indetenible decadencia de valores[xv]. Esta “contracultura”, encarnada en la era medieval en la poesía juglaresca y en los goliardos, más recientemente en el movimiento Hippie y en el Rock (al final colonizado por la industria del entretenimiento pasaría a engrosar las filas de la música clásica), hoy resiste bajo el amparo de la cultura del Hip Hop y su manifestación poético musical: el Rap, así la esencia poética concentra y produce su materia prima, mediada en este caso por barras, beats y las batallas del género.
Postmoderno heredero de juglares y goliardos, será el rapero quien personifique hoy día el espíritu de sus ancestros poéticos. La poesía goliardesca se cultivó por toda Europa durante la Edad Media. Las composiciones, casi siempre anónimas eran muy diversas: desde poemas sencillos hasta elaborados y retóricos. Más allá de su forma de vida, la importancia de los goliardos se traduce en su afición a la literatura. Escribieron poesíasatírica en latín semejantes a Canserbero quien tipificaba su arte como Rap Conciencia: Quiero hacer música de conciencia, a pesar de que piensan/Que el rap no sirve, yo les voy a demostrar[xvi], expresaban su descontento, criticaban la Iglesia, la sociedad establecida y el poder, igualmente sus líricas elogiaban el vino, la taberna, el juego, las mujeres y el amor. El poema juglaresco encierra en sí mismo la esencia de las barras de Rap; caracterizado por su anisosilabismo, de versación irregular, oscilaba entre las diez y las dieciséis sílabas, la predominancia de versos alejandrinos y de la rima asonante proporcionaba más libertad para improvisar y recordar fórmulas fraseológicas; repetidas habitualmente, servían para rellenar versos mientras los juglares recordaban, como han mostrado los estudios sobre los juglares yugoeslavos. Este “descuido” diferenció a este mester de juglaría del llamado Mester de clerecía, caracterizado por lo opuesto; tal y como dice su texto fundador, el llamado Libro de Alexandre (Wikipedia dixit) «Mester traigo fermoso / non es de juglaría / mester es sin pecado, ca es de clerecía / fablar curso rimado / por la cuaderna vía / a sílabas contadas, ca es grant maestría»: Semejante a lo ocurrido actualmente con el Rap, estas palabras desdeñosas indican a las claras el desprecio de los hombres cultos o clérigos de aquella época por el estilo de esta literatura más popular, la del mester de juglaría.
La cultura Hip Hop, nacida en la década de los años sesenta del siglo XX en barrios de Nueva York poblados por habitantes afroamericanos, el Bronx y Harlem entre ellos, rápidamente su influencia se extendió al resto del mundo; a causa de sus orígenes marginales también fue un movimiento caracterizado durante décadas por la invisibilidad y la discriminación. El tiempo y el desarrollo del género fueron ganando batallas al prejuicio y a su desconocimiento. Hablar de Hip Hop hoy es hablar de una reivindicación cultural y social expresada a través del Rap, el freestyle, graffittis, breakdance, DJ´s y otras vertientes. Haciendo gala de certeza aquella estrofa de nuestro Gloria al Bravo Pueblo cuyo texto reza: Seguid el ejemplo que Caracas dio, la primera versión de la música Rap en América Latina, nace en Venezuela en el año 1980 con la canción La Cotorra Criolla, escrita por el actor, escritor y humorista venezolano Perucho Conde, quien usó el ritmo del tema Rapper's Delight del grupo estadounidense The Sugarhill Gang y su letra basada en la realidad de Venezuela en ese momento. Para la época, al Rap en nuestro país era conocido por la denominación de cotorreo; de ahí, el título de la canción.
Si alguna cualidad requiere cualquier entidad de este mundo (o de cualquier otro) para considerarse imagen debe ser circunscripción, y desde allí, desde esa circunstancia (tener posibilidad de ser imagen), al imbricarse en la imaginación de quienes la perciban, indistintamente del modo, irrigar a su manera lo intrincado de los meandros del imaginario colectivo. Esta propiedad la adquiere el Rap, en el instante de congregar en torno a su existencia la forma de sentir y expresarse de las colectividades de jóvenes (y adultos también) ayer, hoy y por siempre marginados por la industria del entretenimiento, convirtiéndose en imagen, herramienta predilecta de esas multitudes para expresar su sensibilidad contestataria: de alegría o contentura por las pequeñas victorias obtenidas en el día a día de la convivencia, o de protesta por las injusticias acaecidas en su entorno, siendo ese contexto el ghetto, la barriada, el país o todo el planeta. Por gracia de sus misterios, la poesía en estado puro al verterse, plasmarse en poema, se sirve de cualquier material, esta vez convertirá las barras de Rap en crisol, así el Rapero deviene poeta, convirtiéndose a su vez en la voz de la tribu, sea este pueblo América, Venezuela, Maracay… el barrio. Bien claro lo tiene Canserbero tras conocer la definición de lo que es ser real[xvii]; quizás por eso también piensa que el rap es una porquería cuando el rap deja de ser arte, por eso, en parte, odie que le llamen rapero[xviii]. Su realidad, a pesar de cualquier carencia material posible, no lo desvía de su destino, cuando apenas era un imberbe infante ya se sabía un “elegido” en el que el espíritu de la poesía se había posado… Por eso siento que he sido elegido para quitar la máscara de esos que en vez de música hacen ruido[xix]. Él no va ser simplemente un intelectual, él no es simplemente un hombre de pensamiento, sino que se va a transformar en un hombre de acción[xx] . Con plena claridad de sus objetivos y su función dentro de esta tribu: Tengo la vista puesta en representar mi bandera/Barrio La Pica, Ovallera/ Pa’coñacear el sistema/[xxi], también tiene conciencia de la manera cómo lograr sus objetivos dentro de la sociedad: Sé tocar las almas y hallar lo que buscan esconder / La verdad aunque les duela (la verdad aunque les duela)[xxii]. Cuando todos aquellos líderes, politiqueros o no, hablan desde su discurso jurídico-político, la voz de Canserbero acude al lenguaje poético para transmitir sus ideas e inquietudes. Razones suficientes para que siempre en cualquier época, poemas y poetas hayan sido perseguidos por aquellos que detentan al poder a fin de eliminarlos, exterminarlos, por ser no acordes con sus prácticas e ideas revestidas de mentiras y falacias. Y, si esto no es posible, entonces buscarán por cualquier medio, subsumirlos, controlarlos, despojándolos de su condición subversiva, e irreverente al convertirlos en algo inocuo, cuando ya tamizados por la censura oficial pasan a formar parte de los elementos constituyentes de la gran industria del espectáculo, hoy día en manos de grandes corporaciones cuyo único objetivo es mantener adormecidas y controladas a las masas.
Este adormecimiento colectivo ocurre en una época cuya opacidad se observa abigarrada de crueldad: además de haberse cartelizado, en yunta con la violencia se enseñorea en todo el planeta. Tan común se ha vuelto, hoy por hoy, la insensibilidad e indiferencia de los seres humanos ante sus ruidosas manifestaciones actuales, multitudinarias y sangrientas, siendo los genocidios y masacres, moneda común en ese mercado, que el espíritu poético atento a cualquier actividad humana por muy sigilosa y oculta posible, sin poder ignorar ni permanecer inmune a ella o quedar exento del malestar social causado en quienes este flagelo ceba sus sucias fauces, generalmente los más débiles y desposeídos, también termina salpicado de tal mala praxis. Indistintamente desde donde sientan y escriban los poetas, sin violentar, falsificar o impostar sus poéticas, también la han incluido entre los materiales útiles para la creación. A pesar de esa crueldad y de él mismo cuando la describe en sus barras, el espíritu de El Campesino mantiene el suficiente equilibrio para administrar la violencia de la que hoy nadie escapa y que, al servirle de combustible a su creatividad, le permite desarrollar su lirica con festones de novela o film negro, desde allí tenderá un puente verbal para internarse en territorios donde los afectos, el amor, filial o erótico, y la ternura, aún no han sido desplazados por el mal. A pesar de sentir la pérdida de su fe y de llegar a no considerarse seguidor de Cristo, Cancerbero mantiene su esencia de creyente cristiano coincidiendo con el principio de Amaos los unos a los otros, promulgado por Jesucristo cuando hace suya la expresión, llegando incluso a tatuársela, ALL WE NEED IS LOVE. A su manera el poeta nos dice: no todo está perdido para la Humanidad. Hoy podemos considerar sin ningún tipo de menoscabo que si Rimbaud navegó en las profundidades del mal y flotó en los abismos de las fantasías. Exploro en el imperio del misterio, buscando no la belleza sino la fealdad del mundo: busco el infierno en la Tierra y lo encontró en la temporalidad de la carne [xxiii], Canserbero, no obstante, su corta existencia y quizás, a pesar de no haber explorado ni explotado al máximo su libertad expresiva e inventiva, llegó a territorios poéticos ubicados más allá de donde pudo llegar el poeta francés: no solo habló con los demonios, se atrevió a desafiar al mismo Príncipe de las Tinieblas a una batalla de Rap: Es épico, icónico elemento de su obra de características únicas, además de dar fe de ello, identifica y desenmascara a más de un notable representante de la elite dominante de la Humanidad en cualquier era histórica.
Contrapuesto al desencanto de Rimbaud, quien, quizás influenciado por el anhelo de Lautremont la traiciona y abandona, y a pesar que en algún momento de obnubilación y confusión haya podido quedar convicto y confeso de estar perdiendo la fe en Dios… Porque en el fondo en ti quiero confiar/Pero si existes no creo que estés conmigo / Y si es mentira lo que digo entonces envíame una señal, woh[xxiv] , no pierde su convicción, su fe en la poesía, no la traiciona ni abjura de ella. Este Campesino venezolano no solo coincide con el segundo en lo prematuro de su muerte, sino también en la aspiración de que algún día todos seamos poetas: No te impresiones que solo son visiones… Solo abre los ojos y tendrás premoniciones /Tu, yo, Cualquiera pudiera tener visiones. Tú, yo, cualquiera puede tener visiones[xxv] y quien más para tenerlas, si no los poetas visionarios, incluso las de su propia muerte, y en esto el Can no será la excepción: Así me disparen a matar mi letra siempre será recordada[xxvi]. Su deseo verterá la energía contenida en él en otro anhelo, convirtiéndose en afluente de una ambición de alcance universal relativa al género por él cultivado: El rap debe ser la manera en la que las siguientes eras / Conozcan cómo pensaban los hermanos de Venezuela[xxvii]. Internarse en lo frondoso del bosque conformado por la creatividad del Canser y recorrer la senda trazada por este poeta al pergeñar cada uno de sus poemas-film se convierte en una experiencia en la que cualquier lector o escucha tendrá la posibilidad de encontrar, más allá de la violencia verbal contenida en muchas barras, la aspiración por un mundo mejor, en el que impere el amor, entendido en tanto energía creadora del universo, y no la violencia y la crueldad sufridas por él en carne propia… El mundo tiene demasiadas cosas en exceso / Demasiado de muchos retrocesos y progresos / Excepto por un gran factor / Escaso en estos tiempos / Ese factor se llama "amor" y / Nada más que eso[xxviii].
Su obra, al final, se resuelve en un canto a la vida, en una poética de la esperanza, y si la esperanza se mantiene y permanece entonces todo anhelo por mejorar es posible. Nunca sabremos qué horizontes hubiera alcanzado su creatividad e irreverencia o si al final, igual a muchos, obnubilado por las candilejas de la fama terminaría siendo captado y domesticado por el sistema; esta imposibilidad es en parte razón suficiente para el nacimiento de su leyenda aun en plena formación. Si de algo estaremos ciertos es que, si en épocas pretéritas fue el Arcipreste de Hita, ayer Rimbaud, el Conde de Lautremont, hoy Canserbero, seguramente en el futuro otro adolescente recogerá el testigo dejado por el Chamo González, así la poesía y el poema persistirán en su esencia: mediante la palabra subvertirlo y escapar de todo orden, de todo dominio preestablecido.
[iii] Enfermo
[iv] Rimbaud Arthur Tenemos fe en el veneno. Sabemos dar nuestra vida entera, todos los días. He aquí el tiempo de los ASESINOS, Iluminaciones, XI, MAÑANA DE EMBRIAGUEZ
[v] Canserbero Así mismo
[vi] Así mismo
[vii] Mucho Gusto
[viii] Heidegger Martin Hörderling y la esencia de la poesía
[ix] Tripolar
[x] Epílogo
[xi][x] Álvarez Fernández, Jorge. (2021). Kali Yuga, El final de la Humanidad que ya está aquí según la mitología hindú, disponible en: https://www.labrujulaverde.com/2021/10/kali-yuga-el-final-de-la-humanidad-que-ya-esta- aqui-segun-la-mitologia-hindu
[xii] Canserbero C’est la mort
[xiii] Únetenos
[xvii] De la Vida Como Película, Tragedia, Comedia y ficción
[xviii]“ “
[xix] Así mismo
[xx] Prólogo
[xxi] “ “
[xxii]“ “
[xxiii] BASILIO, Belliard. Profecía y videncia en Rimbaud, disponible en: "https://acento.com.do/cultura/profecia-y-"https://acento.com.do/cultura/profecia-y-videncia-en-rimbaud-9396747.html
[xxiv] Canserbero Perdiendo la fe
[xxv] Visiones
[xxvi] Índigo
[xxvii] Únetenos
[xxviii] Tiempos de Cambio